sábado, 23 de mayo de 2009

Álbum

Hoy en la mañana cuando desperté encontré a mi mama revisando el álbum de los quince años de mi media hermana y yo observe como algunas de las fotos estaban decolorandose después de mas de una década.

Esto me recordó mis taller de fotografía cuando estibe en la UVM (y al que entre de una forma MUY patética).

Soy un amante de la tecnología, me encanta usar las computadoras y encontrar cosas nuevas cada día, pero la fotografía para mi es algo aparte, que en cierta forma me gustaría que hubiera quedado sin grandes cambios. Si me gusta poder tomar una imagen y verla al instante, pero también me gusta tener una fotografía en papel entre mis manos.

El problema que encuentro con las cámaras digitales es que encontramos cierta forma encontramos muy cómodo descargar una imagen a la computadora en lugar de esperar una hora a que las imágenes se impriman, además del temor de que el encargado de revelar pueda ver las fotos.

Realmente tener a la mano una fotografía en papel me parece mucho mejor que tenerlas solo guardadas en un disco duro, solo por el hecho de que el día en el que el disco duro muera o se tenga que formatear las imágenes probablemente no estén respaldadas.

Recuerdo salir en un viaje a Las Pozas, el castillo de Edward James, una hermosa estructura en medio de la Huasteca potosina que me encanta por ser una estructura orgánica, que se une a la naturaleza y que no es tan invasiva como la arquitectura moderna .

Recuerdo que al salir del lugar fuimos a visitar Xilitla que se encuentra a un lado del Castillo y me di cuenta de que el rollo de 36 fotos se había acabado y necesitaba uno nuevo. La simple experiencia de comprar un rollo era excitante, pensar en los momentos que pueden ser toados con el mismo. Rebobinar el rollo manualmente (nunca me gustaron las cámaras que hacen ese trabajo por ti) y guardarlo en el bote oscuro y esperar llegar a casa par ir a revelarlo.

Solo he tenido dos cámaras digitales en mi vida, ambas de los dos únicos celulares que e tenido, y pocas veces he usado la cámara de mi papa, únicamente cuando salgo y me parece útil, mientras que ya he tenido varias cámaras análogas, entre ellas una reflexión que descompuse en dos ocasiones y que no funciona muy bien ya.

Recuerdo en algún momento pensar en hacer una maquina para pasar imágenes digitales a un rollo para poder revelarlas, claro que esto fue antes de que aparecieran las impresoras dedicadas especialmente para esto o que en los supermercados dieran el servicio de impresión de fotografiaras digitales.

Me gustaría haber continuado mis clases de fotografía y posiblemente en algún momento lo haga, pero por el momento seguiré disfrutando de las bondades de las imágenes digitales

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